De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria. De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria.
Equipo de fúmbol anclado en la División de Bronce de la liga española. Como bien explica su nombre, proviene de la povincia manchega de Albacete. El Alba, como es conocido popularmente, se dedica a jugar de forma patética para darnos el lujo de poder insultar al "albitro", como se dice por aquí.
El equipo fue fundado en 1940 con el nombre inicial de Albacete Fútbol Club. Por aquel entonces reinaba en españa el afable dictador y mejor pescador de atunes Paquito Franco; Resulta que Franki siempre se había hecho un lío con el Home English y decidió que, en vez de ponerse "Fútbol Club" o "Athletic" se pusieran el correcto y español "Balompié", propuesta a la que sólo hicieron caso Er Betis y el equipo del que hoy hablamos.
A partir de ahí el club empezó a intercalar periodos en Segunda B, luego Tercera y así. Fue un periodo muy negro, ya que luego bajamos de categoría (sí, aún más) y estuvimos un buen tiempo liándonos a cañonazos con equipos de categorías regionales.
De una, y sin previo aviso, subimos a la Segunda División y todos están muy contentos con el entrenador San Benito Floro, ¡que nos subió después a Primera! Estuvimos ahí cinco añicos mu buenos, pero luego bajamos a Segunda "one more time".
En 2003 volvemos a Primera subir gracias a los trapicheos con petróleo de San César Ferrando con árbitros que no llegaban a fin de mes. Luego volvimos a bajar en 2005 a nuestra queridísima División de Plata, el lugar que nos merecemos. Y desde el 2010 seguimos en 2ªB.
Cada temporada unos vienen (engañados, creyendo que Albacete es una ciudad hecha de chocolate) y otros se largan hartos de los canis que les intimidan por las calles. No marcan muchos goles, y menos mal que tenemos de portero a Campos, que si no...
Del Alba han salido varias estrellas, cracks del fútbol que no han dudado nimedio segundo y se han ido par Barsa, al Mandril o a cualquier club que pierda el culo por el jugador.
Caa vez que el Alba juega, el estadio se llena (figuradamente hablando) de frenéticos hinchas que gritan a la mínima. La mayoría son jubilados experimentados en el fúrbol y súper hombres capaces de detectar faltas, penaltis y fueras de juego incluso antes de que estos tengan lugar. Además, poseen unas potentes cuerdas vocales capaces de reventar los tímpanos de seguidores del Barça... en el Camp Nou. Se les distingue a simple vista porque llevan un purito en la boca (los cigarrillos son pa' maricas) y por sus batallitas de cuando Conejo estaba bajo palos: "Eso sí que era un equipo..."
Son el ejemplo de una afición pacífica, sana, deportiva y moderada. Un orgullo vamos. Destacan por sus pancartas y sus banderas rojigualdas adornadas, en ocasiones, con graciosas calaveras, simpáticas esvásticas y alegres aguiluchos preconstitucionales. Actúan con talante y siempre intentan dialogar con sus mayores amigos: los árbitros y el equipo visitante. Ahora sí, si hay que soltarle una buena hostia a un murciano o a un toledano, ahí están ellos los primeros y haciendo cola.
El verdadero crack del equipo. No juega, pero gracias a sus poderes telepáticos hace que el equipo marque sus -pocos- goles, falle algún penalti y todo eso. Cuando la afición está decaída es él el que nos impulsa a hacer "la ola" gracias a sus poderes mentales. También es famoso por pillarse las más grandes cogorzas de toda la provincia y estrellar el coche de nuestro presi Don Waldo González. Se rumoréa que debajo de Zete puede haber:
Cualquiera de estas hipótesis ha sido alabada por la Comunidad Científica.
Los planos del estadio fueron dibujados por Leticia Sabater, pero un arquitecto en prácticas llamado Carlos Belmonte robó los dibujitos (hechos en una tabla de Telescketch) y mandó construir un campo de fútbol cutrongo que levase su nombre: Así nació el Estadio Carlos Belmonte.
Hay quien asegura que dentro del campo las bolsas de pipas multiplican por diez su precio y en los baños hay señores que les miran las pililas a los niños que mean a su lado... Bueno, un estadio mágico y lleno de ilusión.
Y poco más...
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